DUARTE ESPÉS, LADISLAO


DUARTE ESPÉS, LADISLAO (GUERRILLERO DEL AIRE)

Cuando el VI Ejército Alemán había quedado encerrado en la Gran Bolsa de Stalingrado, la actuación de 3 aviadores españoles, Duarte, Fernández y Lario, adquiriría un especial relieve en la lucha para evitar la llegada de suministros a la ciudad sitiada, según explicaba Lario. Se trata de una operación nada común y que se denominó Guerrilla aérea.
Y es que durante la ofensiva soviética, en sector de Tormosín-Kotielnik, tanquistas soviéticos, en un rápido golpe nocturno rodearon y se apoderaron en pocas horas de un aeródromo cercano a Kalachi y al río Don, llamado Osínovka. Pronto fue más que patente el éxito de esta operación, al haber logrado capturar indemnes unos 15 aparatos, entre Messerschmitt 109 y biplanos Gotha 145.
Los mandos soviéticos pensaron en el traslado de estos 15 aviones. Pero pocos pilotos soviéticos estaban habituados a volar en aviones extranjeros. Sin embargo, una remesa de pilotos conocía a la perfección estos aparatos, y de no hacerlo, era más que conocida y estaba más que probada su capacidad para aprender a pilotarlos. Se trata de los españoles Duarte, Fernández y Lario. 
Los pilotos españoles ya habían volado en Me109. Por lo que vieron factible su aprovechamiento. No así con biplanos Gotha 145, aunque rápidamente se hicieron valedores para esta misión, aprendiendo a un ritmo fatigoso y veloz el manejo del biplano. Los pilotos estaban listos.

Avión Me109 y biplano Gotha 145, como los capturados por los soviéticos.
El 11 de diciembre de 1942, Lario es llamado por el Coronel de su división, el Coronel Zdánov, y por el Jefe del Estado Mayor y su adjunto político, también coroneles. En la sala, Lario se encontró
también con el Comandante Petrenko, adjunto a Zdánov y con el que Lario había charlado anteriormente. En esa conversación Lario hizo saber a Petrenko que podrían utilizar estos aparatos para explorar las líneas alemanas sin peligro. Pronto llegó esta idea al mando, que decidión encargar a Lario, Fernández y Duarte esta arriesgada misión. Se convertirían en pilotos "alemanes".
En pleno día se lanzaron a cumplir con la operación. Así, y asombrados por la facilidad con que lo consiguieron, estuvieron reconociendo los aeródromos que se encontraban dentro de la bolsa en que estaban encerrados los alemanes. Lograron desde un principio observar y analizar las defensas artilleras y de tropa de los campos de Bargásino, Karpovka, Gorodishe, Gumrak y Pitommik. También orbservaban los aeródromos de la parte exterior de la bolsa, que abastecían a los encerrados en Stalingrado.
Los beneficios de la misión no tardaron en hacerse notar. El 20 de Diciembre de 1942 localizaron una gran concentración de cargueros en el aeródromo de Ermakóvskaia, a unos escasos 200 km de Serafimovich. De ellos informaron al mando y el aeródromo fue bombardeado por P2 soviéticos. A la mañana siguiente, los pilotos españoles comprobaron el resultado. Sobrevolaron el aeródromo con el tren de aterrizaje desplegado, dando pasadas para hacer entender que querían aterrizar. Observaron la destrucción total del campo, los grandes cráteres en la pista y aún se sorprendieron al comprobar que muchas de las llamas en aparatos y camiones permanecían. El Jefe de Pista Alemán no cesaba de enviarles vengalas en señal de prohibiciónb para aterrizar. Comprobado el éxito del bombardeo, subieron el tren de aterrizaje, sobrfevolaron la pista balancearon las alas y desaparecieron en ángulo ascendente entre la neblina para dirigirse a su base. Informaron que 16 cargueros habían sido destruidos o fuertemente dañados. 
Pero sus actividades no se cernían sólo a labores de información y observación. Estas se realizaban durante el día, pero en plena noche, especialmente durante el crepúsculo y el amanecer, la Luftwaffe se jugaba el todo por el todo para abastecer a las tropas de Paulus por el pasillo aéreo y los cazas alemanes se esforzaban en una tarea casi imposible, proteger a los trimotores Junker que habitualmente eran abatidos por los soviéticos.
Mientras la Luftwaffe se esforzaba en mantener ese pasillo nocturno para abastecer al VI Ejército, en al menos media docena de ocasiones Lario, Fernández y Duarte volaban de noche. A bordo de los Me109, se colocaban cerca de los Junker, como si fuesen a escoltarlo. Los pilotos germanos, confiados, nunca pensaba lo que se les venía encima. Y cuando estaban a una distaancia correcta, disparaban derribando los aparatos alemanes. Irremediablemente, cuando lograban saltar en paracaídas, los alemanes caían en territorio soviético.
Lario explicó que esto se hizo pocas veces. Unas 6, recuerda, pues estas operaciones no sólo ocasionaban un peligro por ser descubiertos, si no un peligro de desorganización, al tener que ser avisados numerosos contigentes de tropas soviéticas para que no derribasen sus aparatos.
















1 comentario:

  1. Hola soy miembro de Adar, asociación de aviadores de la república estaría interesado en contactar con el autor para comentar unas informaciones de su interesante reportaje. cmpinar@gmail.com

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