La nueva nave tripulada china en su versión de 14 toneladas para misiones a LEO. |
Las dos versiones de la futura nave tripulada china. Arriba, la de 14 toneladas para vuelos a LEO y abajo la de 20 toneladas para misiones lunares (Wanyzhh/https://newsflash.one). |
La versión de 14 toneladas para misiones a LEO. |
omo ya sabíamos, la nave tendrá dos módulos, una cápsula cónica de tipo
tradicional con un diseño parecido a las naves Apolo o Federatsia —que
se distancia de la forma de campana de la cápsula de la Shenzhou— y un
módulo de servicio con dos paneles solares. Aparentemente, la cápsula es
más pequeña que la Orión estadounidense o la Federatsia rusa y se
asemeja más a la Dragon 2 de SpaceX, aunque usará un sistema de escape
convencional en forma de torre de escape como la Shenzhou. La cápsula
llevará en la parte frontal un sistema de acoplamiento andrógino
derivado del APAS ruso como el que llevan las naves Shenzhou y Tianzhou.
El módulo de servicio vendrá en dos variantes —obviamente la versión
lunar de 20 toneladas es más largo— y dispondrá de cuatro motores.
En principio la versión de 14 toneladas será lanzada mediante el Larga
Marcha CZ-7 y la de 20 con el CZ-5B, pero China está desarrollando el
lanzador gigante CZ-9, que debe debutar en 2028, dos años antes de lo
previsto. El Larga Marcha CZ-9 tendrá 93 metros de altura, un diámetro
de 10 metros y su masa al lanzamiento será de 4.000 toneladas. Una de
sus primeras misiones será lanzar la sonda de retorno de muestras de
Marte. El diseño general del gigante no ha cambiado y vendrá en tres
versiones, una con cuatro aceleradores y capacidad para colocar 140
toneladas en órbita baja, otra con dos aceleradores y una capacidad
alrededor de 100 toneladas y una sin aceleradores que podrá situar 50
toneladas aproximadamente. Según los planes preliminares, se suponía que
las misiones tripuladas a la Luna seguirían el siguiente esquema:
primero se lanzaría un CZ-9 con el módulo lunar y la etapa translunar y
luego un CZ-5B con la nave de nueva generación en versión de 20
toneladas que se acoplaría con el conjunto en órbita baja antes de
partir rumbo a la Luna. La primera misión a la Luna no tendría lugar
antes de 2030.
No obstante, en los últimos meses China ha anunciado que usará un nuevo
lanzador, que por ahora no ha recibido ningún nombre, para poner en
órbita la nave de nueva generación. Este futuro lanzador tendrá una
altura de 90 metros, una masa de 2.000 toneladas al lanzamiento y un
bloque central con un diámetro de cinco metros, o sea, similar al CZ-5,
pero con el doble de altura. Este nuevo cohete vendrá en dos versiones y
quizá incorpore tecnologías que permitan su reutilización. Una variante
será de dos etapas, con una primera etapa dotada de siete motores y una
segunda con un único motor, mientras que la otra, más pesada, tendrá
tres etapas. Esta versión llevará dos bloques laterales, por lo que
tendrá un total de 21 motores que entrarán en ignición al lanzamiento.
Las prestaciones de este nuevo lanzador no están muy claras, pero se
supone que la versión con dos aceleradores será capaz de situar 70
toneladas en órbita baja y 25 toneladas a la Luna. Es decir, será capaz
de mandar una nave tripulada de nueva generación hacia nuestro satélite
sin necesidad de acoplamientos en órbita baja y sin tener que usar el
CZ-9.
Este nuevo lanzador, que tecnológicamente representa un paso intermedio
entre el actual CZ-5 y el ambicioso CZ-9, abre nuevas posibilidades a la
hora de llevar a cabo misiones lunares. Con el nuevo lanzador China
podrá enviar a nuestro satélite la nave de nueva generación sin
lanzamientos adicionales. El nuevo cohete permitirá hacer realidad
misiones a la órbita lunar antes de que el gigantesco CZ-9 esté listo, e
incluso es posible que sirva para realizar misiones a la superficie
mediante varios lanzamientos, lo que constituye un «plan B» muy robusto
por si el CZ-9 es cancelado o sufre retrasos. Los nuevos planes, que no
sabemos hasta qué punto cuentan con apoyo oficial o son simple powerpointismo,
incluyen la creación una estación en órbita lunar antes o al mismo
tiempo que las misiones a la superficie. Sí, como lo oyen: nada más y
nada menos que una copia china de la estación lunar Gateway de la NASA.
Como siempre, la clave es saber hasta qué punto la cúpula política china
apoya un programa lunar tripulado. Pero lo que sí está claro es que los
planes tripulados chinos a finales de la próxima década pasan por la
Luna. Al menos por su órbita.
https://danielmarin.naukas.com/2018/11/20/los-planes-chinos-para-mandar-un-ser-humano-a-la-luna/
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